Gabriel trata de deshacerse de toda inmoralidad, llegando incluso a gritar a las parejas al azar en la calle que ella dice que no deben tomarse de la mano como si estuvieran casados hasta que lo estén. Ella ve a alguien que va a casa por su cuenta después de ver su comportamiento, y decide que él sería su candidato a ser el Mesías. Después de seguirlo, se muda con él, para evitar que haga algo que ella considere inmoral o que no se ajuste a los estándares del verdadero Mesías. Luego va con él por un día a un parque de diversiones cercano, revela su naturaleza angelical y pide que los dos sean una pareja para mostrar a todos cómo tener una relación sana y platónica.
Más tarde, cuando ella, Raphael, Michael y Sariel van en un tren entre las prefecturas a Shinjuku, ella salta y grita causando un alboroto al regañar a los pasajeros que parecen estar mirando con los ojos y tocando a los cuatro. Incluso cuando el actual candidato a Mesías se levanta y cede su asiento a una anciana en la parada de Shinjuku, ella no está del todo convencida de sus motivos, y hace un escándalo por lo que Sariel tiene que decir sobre lo que ha hecho, disgustada con ella por hacerlo.